Cof cof… tuve un acto reflejo que nunca antes había sentido,
la sangre salía por mi boca, debido a la herida que tenía en mi costado, el
sabor metálico y una sensación de tener
algo aún más viscoso que la propia saliva me era incómodo. Mi objetivo estaba a
dos metros, tenía que arrastrarme para llegar allí, las fuerzas me faltaban,
pero sabía que era la única esperanza que le quedaba a la humanidad, mi vida
estaba terminada, solo era que le pudiera ganar unos minutos a la muerte y que
mi cuerpo que solo era un pedazo de carne que se arrastraba incompleto,
permaneciera unido y funcional, para lograr halar la palanca que restablecería el
sistema.
Veía una luz a cada esfuerzo que hacía, y casi no lograba
enfocar, la respiración era un proceso que hacía que mis costillas me dolieran,
pero también un acto reflejo me obligaba a tomar bocanadas de aire, sentía un
sudor frio en mi cuerpo, que me seducía a dejar el esfuerzo y solo cerrar los
ojos. No sé si era mi mente o mi corazón, lo que me impulsaba a seguir arrastrándome
dejando ese rastro de sangre en el piso, cada vez menos fuerzas, el tiempo no
estaba a mi favor, pero me faltaba un metro ya había llegado a la mitad de mi
destino.
El dolor sacaba lágrimas de mis ojos, que no se atribuían a algún
sentimiento, era involuntarias, pero mi visión cada vez se debilitaba más, el
esfuerzo requería mas energía cada vez, una mezcla de calor y frio en mi
cuerpo, por la sangre que me cubría y el sudor que no dejaba de generarme escalofríos.
Llegue a la base de los controles, ya no importaba más, un último esfuerzo más
y todo habría terminado, sabía que tenía que hacerlo de una vez o no podría repetir
el esfuerzo, coloque un brazo sobre la superficie del tablero y el otro me
empujaba hacia arriba, ese esfuerzo me dejo ciego por completo, estando en el
aire por el impulso extendí mi mano y logre agarrar la palanca que necesitaba, pero
mis ojos que veían una luz blanca
segadora ahora vieron la oscuridad, pero que falta de educación nunca me
presente, ya no importa, ya no era…
Nadie supo quién era él, ni siquiera si fue consciente de
que había logrado su misión, pero una sonrisa en su rostro ensangrentado nos decía
que si, muchas gracias a ti desconocido, que moriste como cualquiera debió de
haber vivido, dando a los demás otra oportunidad.
2 comentarios:
Muy bueno Uzu! ¿.. Y ..?
nimodo, habia que leerlo!
Publicar un comentario